Todavía recuerdo aquella mañana que me levante de mi cama , pensando en cómo expresarte todo lo que sentía, todo lo que necesitaba decirte aquel día para demostrarte que tu para mi si eras importante.
Recuerdo que no sabía por dónde empezar, porque la típica y tópica palabra te quiero esa que dice todo el mundo ya la sabias, me puse a escribir el texto de amor más bonito que he podido leer hasta ahora, me llevo varias horas escribirlo decidirme en enviártelo o no .
Cuando ya estaba bastante convencida en hacerlo lo envié lo deje en la bandeja de entrada de tu correo. Espere a que llegaras del instituto como cada día a que abrieras el correo lo miraras y respondieras, que casualidad que ese mismo día me enviaste un mensaje.
Cuando yo mire mi móvil vi tu nombre y la hora me extrañe y pensé lo habrá leído y le habrá gustado.
Llegue a la noche a mi casa tan desesperada por tener noticias tuya por abrir el correo y ver tu contestación y no me equivoque ahí estaba tu contestación desgraciadamente ahí estaba con un simple tenemos que hablar, esto no puede continuar así… Nadie se puede llegar a imaginar lo humillada que me sentí después de que muchos días anteriores me pedias que te dijera la verdad que nada entre nosotros se iba a interponer, que no podías estar ni un solo día sin mí.

Ahora después de unos meses me doy cuenta que sigue siendo el niñato de turno que te puedes encontrar en cualquier esquina, que le gusta calentar el oído con palabras bonitas, pero que no le gusta demostrar las cosas con hechos.
Pensándolo fríamente fue lo mejor que me pudo pasar aquel día recibir aquel mensaje tuyo cuyas palabras eran tenemos que hablar, esto no puede seguir así.